27 de septiembre de 2012

XXVI Domingo del Tiempo Ordinario - 30 de septiembre de 2012


LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 9,38-43.45.47-48

En aquel tiempo, dijo Juan a Jesús: Maestro, hemos visto a uno que echaba demonios en tu nombre, y se lo hemos querido impedir, porque no es de los nuestros.

Jesús respondió: No se lo impidáis, porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mí. El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Y, además, el que os dé a beber un vaso de agua, porque seguís al Mesías, os aseguro que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida que ir con las dos manos al abismo, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te hace caer, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida que ser echado con los dos pies al abismo. Y si tu ojo te hace caer, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el Reino de Dios que ser echado al abismo con los dos ojos, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Palabra del Señor

Comentario Bíblico
Es complicado aceptar que no somos únicos a la hora de transmitir la Palabra. Uno de los que estaban con Jesús, nada menos que "el discípulo amado", Juan, dice que hay otro por ahí hablando en nombre de Jesús y no es "de los suyos", y no solo eso, sino que además lo ha impedido. 

¿Es tan difícil comprender que el mensaje y Jesús mismo no es patrimonio de unos cuantos?  ¿Es tan complicado descubrir en la diversidad y la diferencia motivos para alegrarse y no motivos para "impedir porque no es de los nuestros"? 

Nos cuesta aceptar otros modos de hacer en esto de anunciar el Reino de Dios y todos nos creemos que somos los mejores a la hora de hacer, o al menos los que somos "del Señor", los que nos creemos con los derechos adquiridos por haber llegado no sé cuando o por tal o cual favor o encargo recibido... ¡Menos mal que Jesús no tiene el corazón tan estrecho como el nuestro y es capaz de ver semillas de bondad en todas partes! 

Cualquiera que esté dispuesto a "jugársela" hablando de él, aunque use métodos o modos distintos de los "nuestros", es bienvenido, hasta algo tan sencillo como ofrecer un vaso de agua, será reconocido por Dios, porque las pequeñas cosas son las que marcan la diferencia y hacen que lo grande nos sepa mejor. 

Continúa este evangelio con un ejemplo curioso que en numerosas ocasiones se ha interpertado de modo mucho más estrecho a lo "ancho" del anterior contexto en el que habla Jesús. Dice Jesús que el que "escandalice a uno de estos pequeños que creen" y normalmente se ha hecho una traducción literalista, pero el verbo al que se refiere en griego, el verbo σκανδαλίζω (/skandalidso/) (ver texto griego) tiene como traducción algo que no es tanto moral, cuanto podemos decir hasta físico: "poner una trampa (en el camino), por lo tanto a causa de caer, de ofender". 

Es decir, que se podría traducir por "tropezar" y es que los que hacen tropezar "a los pequeños que creen" son los que le molestan más a Jesús. Los que hacen una interpretación demasiado cerrada de la Palabra, demasiado ceñida, que no busque de verdad el Dios verdadero que habita en todo, no tienen parte con él... Es un aviso serio a sus discípulos: no pueden enseñar cosas en su nombre que no sean propias de Jesús. 

Y la última parte de este Evangelio sigue con el tono duro, es mejor arrancar lo que no te hace libre, que dejarlo y perderte. No va tanto en la línea moral como tantas veces se ha aterrizado incluso al tema sexual. No, el discurso sigue el orden lógico con el que ha empezado: 
  • Si tu mano (capacidad de obrar) te hace "tropezar" en la fe, no te deja construir el Reino de Dios al estilo de Jesús, córtatela, porque solamente te hará caer. 
  • Si tu pie (capacidad de decidir hacia dónde vas en la vida) te hace "tropezar" en la fe, es decir, no te deja ir por los caminos de los necesitados al estilo de Jesús, arráncatelo.
  • Si tu ojo (tu modo de ver el mundo) te hace "tropezar" y no te deja llevar a cabo el mensaje de apertura a todos que propone Jesús, arráncatelo porque no te va a dejar ver lo bueno que tienen "los que no son de los nuestros" y siempre vas a estar juzgando mal a los demás. 
Que Jesús mismo nos dé su mirada para descubrir todo lo bueno que tienen todas las personas "que no son de los nuestros" y que no seamos tropiezo unos para otros y así podamos crecer juntos en la fe que transforma el mundo. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario