"Ha echado todo lo que tenía para vivir"
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 12, 38-44
En aquel tiempo enseñaba Jesús a la multitud y les decía: ¡Cuidado con los letrados! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas con pretexto de largos rezos. Esos recibirán una sentencia más rigurosa. Estando Jesús sentado enfrente del cepillo del templo, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos les dijo: Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el cepillo más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.
Palabra del Señor
Comentario Bíblico
Las viudas son las protagonistas de nuestro Evangelio de este domingo. Aparecen en dos ocasiones, al principio como víctimas de los que usan la religión para extorsionarlas y después como protagonistas de una acción heroica que precisamente tiene que ver con lo que había criticado Jesús un poco antes acerca de la religión.
Las viudas en una sociedad machista, donde la mujer está íntimamente ligada a la vida del marido y no puede hacer otras tareas que las del hogar, estaban abandonadas a su suerte. Sin marido no podían tener trabajo y estaban condenadas precisamente a pedir limosna.
Jesús fija su atención en una de ellas. El relato de Marcos es más escueto y da menos detalles, el de Lucas recrea más visualmente todos los detalles y resalta la comparación con los ricos (Lc 21, 1-4). A Marcos le interesa más destacar el hecho de la generosidad de la viuda. Hace ver que su fe, su necesidad de Dios es mayor que el sustento para la vida. Necesita más la esperanza de un consuelo de Dios que el mismo alimento y este detalle no escapa a la mirada profunda de Jesús.
Yo, sinceramente, no suelo dar limosna. Más bien suelo dar información sobre dónde conseguir lo que se quiere comprar, o incluso he llegado en alguna ocasión a tomarme un café (cuando me lo han aceptado) con personas que me han pedido dinero.
Me cuesta dar dinero porque siempre pienso que lo van a emplear para el mal o para alcohol o para droga... Es algo que se me ha metido hasta dentro en los huesos... Y también me parece que el gesto de tomar algo con alguien puede ser mucho más rico tanto para la persona que recibe, como para mí que lo doy (así lo ha sido muchas veces).
Pero este Evangelio y lo que Jesús propone, siempre me descolocan... Porque por poco que tenga (realmente no es que nade en la riqueza), siempre seré rico porque no me atrevo a dar todo lo que tengo para vivir.
Seamos sinceros... ¿qué necesitas realmente para vivir? Poco. Si somos sinceros y de verdad nos ajustamos, necesitamos más bien poco. Un par de ropas para cambiarnos o alguna más si no podemos lavar la ropa, un lugar donde estar cobijados de la interperie, que no necesariamente tiene por qué ser muy grande, comer al menos una vez al día... Como necesidades básicas, creo que casi con eso nos llega, sin entrar en lo afectivo... Claro.
Pero si miramos nuestro armario... ¡BUFF! Tremendo ¿verdad? ¿Cuántas veces podemos cambiarnos de ropa sin repetir? ¿Cuántos calzados? ¿Cuánta comida en la nevera? ¿Cuánto? ¿Cuánto? ¿Cuánto? ¿Os imagináis el camión que tendríamos que echar para poder "echar todo lo que nos hace falta para vivir"? Realmente... ¿Es deseo o necesidad? Es uno de nuestros grandes problemas, que confundimos lo que deseamos con lo que necesitamos y por eso somos a veces tan infelices... No somos capaces de saciar nuestro deseo porque creemos que necesitamos todo lo que deseamos. Va a tener razón el budismo con eso de que el deseo es la fuente del sufrimiento.
Ánimo y a controlar el deseo. Os dejo un vídeo muy bueno que ha hecho la editorial Verbo Divino para este domingo... Invita a desaprender los "antivalores" que hemos aprendido...
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