30 de diciembre de 2025

"El Profeta" de José María Zavala

 

Una novela que invita a acompañar a Jesús sin renunciar al pensamiento

Confieso que me ha sorprendido y me ha resultado una lectura agradable. Se lee con fluidez, mantiene el interés y propone —de forma bastante clara— un acercamiento narrativo a la figura de Jesús, sin pretender erudición sinfín ni pesadas discusiones académicas.

Una de las decisiones más destacables del autor es su opción por tomar como fuente principal la tradición cristiana. Esta elección tiene indudables ventajas: el libro no incurre en elementos doctrinalmente problemáticos y se mantiene fiel a las líneas básicas de la fe recogidas en la tradición de la Iglesia. 

Sin embargo, también implica que no incorpora las últimas perspectivas de la investigación teológica, bíblica o histórica —por ejemplo, sobre cuestiones como la cronología de la muerte de Jesús— que hoy son motivo de debate entre especialistas. 

Esa estabilidad doctrinal puede ser una bendición para muchos lectores que se acercan con menos formación teológica o histórica, porque la lectura no los pierde en detalles académicos; sin embargo, también puede dejar insatisfechos a quienes buscan un diálogo más intenso entre fe y conocimiento crítico.

Un mérito: armonizar los evangelios

Un aspecto que me ha parecido valioso es el esfuerzo por unir los relatos de los cuatro Evangelios en una sola narrativa. En mi lectura, y según mi punto de vista, el Evangelio de Juan emerge con especial protagonismo —especialmente en las secciones que recrean la Pasión— y la forma en que se entrelazan los distintos testimonios evangélicos ayuda al lector a contemplar a Jesús no solo como figura histórica, sino también como persona con rostro y proyecto. La propuesta, en este sentido, me parece un buen recurso para quienes desean acercarse a Jesús desde una experiencia narrativa sin renunciar a un trasfondo teológico coherente.

Personajes y trasfondo histórico

Entre los elementos que más me han gustado se encuentran los personajes bien construidos y documentados, como Lucio, que representa con verosimilitud lo que podría haber sido un oficial romano de la época. También destaca la presencia de un trasfondo histórico cuidado: tradiciones judías, tensiones políticas y costumbres culturales del siglo I ayudan a situar al lector en el contexto adecuado, sin necesidad de detenerse en explicaciones enciclopédicas.


Una comparación instructiva: La sombra del Galileo

Leyendo El profeta no pude evitar recordar La sombra del Galileo, de Gerd Theissen, una novela histórica también muy bien documentada que busca traducir en relato los resultados de la investigación sobre Jesús y su tiempo. 

En La sombra del Galileo, el protagonista —un judío llamado Andrés— es encargado por las autoridades romanas de recopilar información sobre los movimientos religiosos de Palestina. Aunque Jesús nunca aparece directamente en la narración, su “sombra” atraviesa todo el libro y el relato utiliza este recurso para explorar el contexto social, político y religioso del Jesús histórico, apoyándose en hallazgos académicos y reconstrucciones plausibles. 

La diferencia principal con El profeta radica en cómo se sitúa la presencia de Jesús: en Theissen la figura se percibe más como huella y efecto, mientras que en Zavala el encuentro con Jesús es más directo y narrativamente explícito. Esta dimensión adicional aporta a la novela de Zavala una mayor resonancia personal y espiritual, en la medida en que invita a pensar no solo en Jesús histórico, sino también en cómo cada lector se acerca a Él en su propio camino de fe. Sin embargo la de Theissen es más académica y la de Zavala es ficción, con buena base, pero no basada en estudios. 

Ficción y fidelidad

Es importante recordar siempre que El profeta es ficción narrativa. No es la Palabra de Dios ni un tratado académico; es la interpretación del autor a partir de los evangelios y de su mirada, como escritor, con sus decisiones narrativas y sus licencias propias de la ficción.

Ese equilibrio entre fidelidad a la base evangélica y creatividad literaria permite a la novela acercarse a lectores muy distintos: creyentes, no creyentes, académicos curiosos y lectores interesados en la figura de Jesús desde múltiples ángulos.

Conclusión: luces, sombras… y una propuesta valiosa

A pesar de algunas sombras —como su falta de diálogo con ciertas posturas teológicas contemporáneas o su apuesta por la tradición más canónica— El Profeta me ha parecido una obra interesante, bien escrita y valiente. Se mueve con soltura entre la narración y la presentación respetuosa de la figura de Jesús, presentando personajes atractivos y bien situados en su contexto histórico.

Creo que es una apuesta valiosa para quienes quieren acercarse a Jesús desde una perspectiva narrativa sin renunciar a un trasfondo compatible con la fe tradicional. Es un libro que, con sus luces y sus sombras, merece la pena ser leído.

Jesús M. Gallardo

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