La operación
kilo es más que dar comida
En
el nombre del Padre…
Ambientación
En estos días en que
celebramos la Navidad muchas personas no la celebran igual. Se estima que los
españoles aumentaremos, fruto de las comilonas y demás una media de 2-3 kilos.
Y si alguno coge dos o tres kilos quiere decir que otros, por las matemáticas,
por las reglas de la media aritmética, van a perder algún kilo porque no tienen
con qué comer. Y quizá podamos pensar que solamente hace falta algo de comer…
Hay un cuento árabe tradicional que nos lanza otro interrogante interesante…
¿Qué necesita una persona para vivir? ¿Solamente comer y beber?
Para
comprender mejor: Un cuento… El mendigo
«El mercader árabe
que entró en una ciudad un día de mercado y le dio a un mendigo dos monedas de
cobre. Al irse, horas más tarde, se lo volvió a cruzar, y le preguntó qué había
hecho con el dinero. Y el hombre contestó: “Con una moneda compré un pan, para
tener con qué vivir, y con la otra una rosa, para tener por qué vivir”.
Reflexión
Los seres humanos no solamente necesitamos tener
resueltas nuestras necesidades materiales. No solamente necesitamos comer para
vivir. Ciertamente que también, pero sin afecto y más aún sin sentido de la
vida no somos capaces de vivir con calidad de vida. Quizá alguno pueda pensar
que la rosa, en esta historia era menos necesaria para vivir… pero se equivoca,
nuestra dignidad humana es más grande que la simple comida. Ojalá que lo que
demos en estos días sea también desde el afecto, desde la compasión (del latín cum passio=padecer con), solo así tendrá
sentido la Navidad, solamente así todos los hijos del mismo Padre podrán vivir
con el pan de cada día.
Lectura
Bíblica: Lectura del
Primer libro de los Reyes (1Re, 17, 10)
«Le dijo: Por favor,
tráeme un poco de agua en un jarro para beber. Mientras iba a buscarla, Elías
le gritó: Por favor, tráeme en la mano un trozo de pan. Ella respondió: ¡Por la
vida del Señor, tu Dios! No tengo pan; sólo me queda un puñado de harina en el jarro
y un poco de aceite en la aceitera. Ya ves, estaba recogiendo cuatro astillas:
voy a hacer un pan para mí y mi hijo, nos lo comeremos y luego moriremos. Elías
le dijo: No temas. Ve a hacer lo que dices, pero primero prepárame a mí un
panecillo y tráemelo; para ti y tu hijo lo harás después. Porque así dice el
Señor, Dios de Israel: El cántaro de harina no se vaciará, la aceitera de
aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la
tierra.» Palabra de Dios
Oración
Ponemos el día en
manos de María. Dios te salve, María...
María
Auxiliadora de los Cristianos...
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