8 de diciembre de 2012

Para motivar la Operación Kilo #3


La operación kilo es más que dar comida

En el nombre del Padre…

Ambientación
En estos días en que celebramos la Navidad muchas personas no la celebran igual. Se estima que los españoles aumentaremos, fruto de las comilonas y demás una media de 2-3 kilos. Y si alguno coge dos o tres kilos quiere decir que otros, por las matemáticas, por las reglas de la media aritmética, van a perder algún kilo porque no tienen con qué comer. Y quizá podamos pensar que solamente hace falta algo de comer… Hay un cuento árabe tradicional que nos lanza otro interrogante interesante… ¿Qué necesita una persona para vivir? ¿Solamente comer y beber?

Para comprender mejor: Un cuento… El mendigo
«El mercader árabe que entró en una ciudad un día de mercado y le dio a un mendigo dos monedas de cobre. Al irse, horas más tarde, se lo volvió a cruzar, y le preguntó qué había hecho con el dinero. Y el hombre contestó: “Con una moneda compré un pan, para tener con qué vivir, y con la otra una rosa, para tener por qué vivir”.

Reflexión
Los seres humanos no solamente necesitamos tener resueltas nuestras necesidades materiales. No solamente necesitamos comer para vivir. Ciertamente que también, pero sin afecto y más aún sin sentido de la vida no somos capaces de vivir con calidad de vida. Quizá alguno pueda pensar que la rosa, en esta historia era menos necesaria para vivir… pero se equivoca, nuestra dignidad humana es más grande que la simple comida. Ojalá que lo que demos en estos días sea también desde el afecto, desde la compasión (del latín cum passio=padecer con), solo así tendrá sentido la Navidad, solamente así todos los hijos del mismo Padre podrán vivir con el pan de cada día.

Lectura Bíblica: Lectura del Primer libro de los Reyes (1Re, 17, 10)
«Le dijo: Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para beber. Mientras iba a buscarla, Elías le gritó: Por favor, tráeme en la mano un trozo de pan. Ella respondió: ¡Por la vida del Señor, tu Dios! No tengo pan; sólo me queda un puñado de harina en el jarro y un poco de aceite en la aceitera. Ya ves, estaba recogiendo cuatro astillas: voy a hacer un pan para mí y mi hijo, nos lo comeremos y luego moriremos. Elías le dijo: No temas. Ve a hacer lo que dices, pero primero prepárame a mí un panecillo y tráemelo; para ti y tu hijo lo harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel: El cántaro de harina no se vaciará, la aceitera de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra.» Palabra de Dios

Oración
Ponemos el día en manos de María. Dios te salve, María... 

María Auxiliadora de los Cristianos...

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