27 de diciembre de 2013

"Princesa a la fuga"

Ilustración de Bloofooted

Adaptación del cuento "Toda clase de pieles"

Pretendo acercarme al cuento tradicional que posiblemente haya tenido más versiones a lo largo de los tiempos, siendo alguna de ellas incluso más famosa que la versión original (Cenicienta está basado en este relato). Para consultar otras versiones en distintos países y lenguas, es muy interesante la información que encontramos en la página de la Universidad de Pittsburgh (en Inglés). Yo adaptaré la que hemos escuchado en clase, perteneciente a los Hermanos Grimm. 

La edad de los destinatarios para la que lo voy a adaptar es para niños y niñas a partir de 6 años, al final del cuento daré razones de lo que he mantenido de la historia original y lo que he cambiado en virtud de hacerlo más adecuado al lenguaje y al mundo fantástico de los niños de esa edad. 

El cuento

Érase una vez, en un Reino muy muy lejano y en un tiempo muy antiguo, una maravillosa pareja Real. El Rey era muy valiente y un hombre muy justo, era un hombre de palabra, y sus criados y sirvientes le querían mucho porque lo que prometía lo hacía. La Reina era la mujer más bella de todo el lugar, dulce, amable y sincera. Ambos estaban muy contentos porque estaban esperando un bebé. 

Pero un día la Reina empezó a tener fuertes dolores y se puso de parto, tras mucho sufrir, por fin tuvo una hija, pero con tan mala suerte que el parto hizo que la Reina enfermara y los médicos reales tuvieron que decirle al rey que no sobreviviría a aquella misma noche. 

El rey, muy preocupado, porque la amaba como a nada en el mundo, la cogió de la mano mientras ella estaba a punto de morir. Ella, que lo quería mucho y no quería verle sufrir, le pidió que le hiciera la promesa de que se volvería a casar, pues sabía que era un hombre de palabra, y él se lo prometió, pero ella le puso dos condiciones: la primera es que cuando su hija se convirtiera en mujer le diera una cadenita donde había metido unos recuerdos que hubiera querido darle, su anillo de compromiso y una pequeña medallita de la virgen; y la segunda que la mujer con la que se casara fuera mucho más guapa que ella misma, que nunca se casara con una mujer más fea que ella. 

El Rey era un hombre de palabra y olvidando a su hija, a la que no podía mirar sin llorar porque le recordaba a su mujer que había muerto, se dispuso a buscar por todo el reino una mujer más guapa que su esposa. Y así empezó a buscar por todos lados, de un sitio a otro, como loco por cumplir su promesa, se marchó del castillo. Mientras tanto, su hija iba creciendo sin su padre, se iba haciendo más lista, más guapa y mayor. 

Después de haber buscado por todos lados, en todas partes y de todas las maneras posibles, el Rey no encontraba a nadie con quien poder casarse para cumplir su promesa. De repente, al volver de una de las búsquedas, ve a una mujer muy guapa en el castillo, incluso más que su propia esposa. Cuando se acerca contento porque va a poder cumplir su promesa, descubre con dolor que es su hija que ya es una mujer. Así que le entrega la cadena de su madre con la medalla pequeñita y el anillo de compromiso de boda y le da la noticia: se tienen que casar para cumplir la promesa porque no hay nadie en el Reino más guapa que ella. 

Después de tantos años, su padre se acercaba a ella para decirle algo que ella no podía aceptar. Así que como ella era muy lista, se le ocurrió una idea para que le diera tiempo a pensar. Le dijo que sí que aceptaría la boda, pero si conseguía hacerle tres regalos muy especiales: un vestido tan dorado como el sol, otro tan plateado como la luna y por último un abrigo muy especial que tuviera todas y cada una de las pieles de todos los animales del mundo.

Así su padre, que era un hombre de palabra, se puso a trabajar en este encargo, mientras que ella, pensaba como podía salir de aquella situación en la que se habían metido los dos sin que ninguno quisiera hacerlo. 

Su padre consiguió hacer con facilidad los dos vestidos, uno de oro, dorado como el sol y otro de plata blanco como la luna, pero le costó mucho más conseguir hacer el abrigo de toda clase de pieles. Así que la princesa estaba tranquila y a la vez nerviosa: tranquila porque la tarea era muy difícil y nerviosa porque tenía que encontrar una solución. 

De repente un día, su padre, un poco triste, se presentó ante su hija y le dio un abrigo que la tapaba completamente hasta los pies, con una capucha, con la que no se le veía nada de la cara, y hecho con toda clase de pieles... Y le dijo que la boda sería al día siguiente.

Como ya no había escapatoria, rápidamente le vino una idea a su mente: se escaparía por el bosque. Así que cogió sus vestidos, algo de comida, su cadenita, recuerdo de su madre y se puso su gran abrigo y esa misma noche, con un poco de miedo, se marchó al bosque. Lo había pensado varias veces: su plan era caminar por las noches lejos del castillo, guiándose por las estrellas y dormir por las mañanas escondida en un árbol o en cuevas. Ella era toda una princesa que nunca había salido del castillo, pero también, hay que decirlo todo, era una chica muy valiente y muy lista, así que se armó de valor y se puso a la fuga. 

El bosque estaba sucio, pero aprendió a encontrar comida, también aprendió a esconderse cuando oía ruidos y a estar muy muy callada y a ser muy rápida para poder sobrevivir. Así estaba sin rumbo y sin saber dónde ir cuando un día oyó mucho barullo de perros, trompetas, caballos y soldados. Ella se escondió como pudo pero la descubrieron. 

Como era muy lista y estaba muy sucia y con el abrigo lleno de pieles de animales, decidió hacerse pasar por loca para que la dejasen en paz, pero los soldados la llevaron al palacio del príncipe. Así descubrió que ya no estaba en el reino de su padre y que era libre. Como no sabía hacer las cosas de la casa, fingió no tener memoria y entonces la mandaron a las cocinas para que el cocinero, que era un hombre muy bueno con mucha paciencia, le enseñase. 

Intentaron quitarle el abrigo, pero ella no consintió en nada más que limpiarlo un poco, así que como tampoco quiso decir su nombre, todo el mundo empezó a llamarla, "Todaclasedepieles". Esto hacía que nadie le hiciera mucho caso, porque entre lo loca que parecía que estaba y lo fea que parecía con ese abrigo, ¡cualquiera se acercaba!

Pero ella, estaba totalmente normal, y era muy lista. Así pudo acercarse al príncipe y descubrir que era un hombre bueno y justo y que le gustaba mucho para que fuera su marido, pero claro... ¿Qué podía hacer ella que parecía una loca? Sin embargo, la madre del príncipe organizó un baile de 2 días para que su hijo buscara esposa, así que "Todaclasedepieles" no iba a dejar pasar esta oportunidad. 

La primera de las noches, "Todaclasedepieles" le pidió por favor al cocinero que le dejara ir a mirar el baile que ella nunca había visto uno y le encantaría verlo. El cocinero que la quería mucho, le dijo que sí pero que como él tenía tanto trabajo solamente le pidió que ella se encargara de preparar el vaso de leche calentito con miel que siempre tomaba el príncipe por la noche antes de acostarse. Ella aceptó encantada. 

Así que subió a su habitación, se duchó, se lavó bien el pelo y se puso su vestido dorado como el sol, aunque no tuviera zapatos no importaba porque el vestido lo tapaba todo. Estaba preciosa, tan preciosa que nadie la podría reconocer. Cuando entró en el baile todas las miradas se fijaron en ella. Y el príncipe se quedó con la boca abierta, tanto que su madre tuvo que ir a cerrársela. 

Pasaron toda la noche bailando y hablando, mientras que las demás chicas que habían ido al baile se morían de envidia. En un descuido "Todaclasedepieles" se escapó a su habitacíón, se puso su horrible abrigo y se tiznó la cara con carbón de la chimenea. Después bajó y preparó la leche calentita del príncipe y se la llevó. Mientras subía por las escaleras se quitó la medalla pequeñita de la cadena de su madre, y como para dejarle una pista, se la echó dentro del vaso de leche. El príncipe cogió el vaso y mientras pensaba en la chica que había conocido, que no había querido decirle ni el nombre, se tomó su leche. Y de repente encontró la medalla dentro y se llevó un susto de muerte. 

Bajó a hablar con el cocinero y le preguntó si había echado algo en la leche y quién la había preparado. El cocinero se asustó y le dijo que no había nada raro y que la había preparado él como siempre. Y le preguntó si había estado buena, a lo que el príncipe respondió que mejor que nunca. El cocinero, ya que le había gustado tanto la leche al príncipe, decidió dejar a "Todaclasedepieles" tranquila y dejarla ir a ver otra vez el baile. 

La segunda noche del baile era decisiva porque al día siguiente el príncipe debía elegir novia. Todas las chicas se pusieron lo más guapas posibles, pero cuando "Todaclasedepieles" se puso su vestido blanco de plata como la luna y se puso a sonreír y a hablar de todo, nadie pudo igualarla, incluso la reina tuvo que regañar a su hijo para que bailara con otras personas, pero él no soltaba la mano de la chica que quería que fuera su esposa. Todo el rato la tenía cogida, así que "Todaclasedepieles" no sabía como iba a darle tiempo a preparar la leche. 

En un descuido del príncipe, salió corriendo y subió a su habitación. No tenía tiempo de asearse ni de cambiarse, así que se puso como pudo, encima de su vestido plateado, su abrigo de toda clase de pieles y llevó la leche al príncipe. Antes de entrar, echó en la leche el anillo de boda, para que el príncipe pensara en ella. 

Cuando llamó a la puerta, el príncipe le pidió que pasara, ella no se lo esperaba, así que se puso roja como un tomate, pero debajo de la capucha de su abrigo, estaba segura porque no se le veía la cara. Así que esperó a que se tomara su leche calentita, y de repente el príncipe dijo que había algo en su leche. "Todaclasedepieles" no sabía donde esconderse, estaba muy nerviosa... El príncipe le dijo que extendiera la mano para coger lo que había en el fondo del vaso y ella decía que no sabía nada. 

Pero el príncipe también era muy listo, cuando ella extendió la mano para coger el anillo, un reflejo inundó la habitación, y el príncipe, le quitó la capucha. Le dijo que ya sabía que era ella quien había bailado estos días con él porque esa misma noche, sin que ella se diera cuenta, había puesto un anillo en su dedo y ese era el reflejo de que había inundado la habitación. 

Le dijo que no le importaba por qué se escondía, que la aceptaba y que estaba locamente enamorado de ella y que quería casarse con ella. Ella que estaba muy enamorada se quitó su abrigo de toda clase de pieles y se puso muy feliz, así que se casaron y fueron felices y comieron perdices y colorín colorado, este cuento se ha acabado. 


Explicación de la adaptación


Elementos que he eliminado
  • En primer lugar he tratado de hacer el lenguaje más sencillo y más actual, quitando algo de complejidad a la trama y simplificando algunos detalles para que no sea tan costoso y difícil mantener toda la información necesaria para seguir la narración. 
  • Algunos personajes como el padre o el cocinero han perdido intervenciones en el relato, me ha parecido así más sencillo de narrar. 
  • He quitado el vestido de platino y diamantes por ser elementos que para los niños no son conocidos ni tan valiosos como el oro y la plata. 
  • He quitado la rueca de la versión original porque no es significativo para los niños, ya que habría que explicarlo al comienzo del cuento y perdería frescura y agilidad. 
  • He simplificado la estancia en el bosque para no ser demasiado repetitivo. 
Elementos que he mantenido
  • La idea de que el Rey quiera cumplir con su promesa de casarse con su propia hija, no como algo deseado, sino como fruto de una promesa hecha sin pensar las consecuencias. Eliminando todo el morbo que esta situación desafortunada pudiera ocasionar. 
  • La escasa relación entre padre e hija
  • El viaje iniciático de la princesa porque es algo que la hace más fuerte y más lista, elementos que pueden ayudar a los niños a descubrir en la prueba algo que te hace más fuerte. 
  • En líneas generales la linealidad, planteaminento, nudo y deselance se mantiene fiel al original. 
Elementos que he añadido para adaptarlos a los destinatarios
  • Sobre el tema del incesto, hay una versión actual del cuento que se ha hecho en un cortometraje por un director español en el año 2001, se puede consultar su información básica en la página de Filmaffinity. Para evitar morbosidad, yo he añadido rasgos a la figura del Rey que lo ennoblecen y hacen comprensible dentro de la lógica del cuento que quiera casarse con su hija muy a su pesar. 
  • También he añadido adjetivos para definir a la princesa y al príncipe de manera que se vea que son personajes capaces de desenvolverse por sí mismos, eliminando cualquier rastro de machismo. 
  • He sustituido el caldo que no es significativo para los niños por un vaso de leche caliente, que los niños de esta edad verán como normal pues muchos de ellos lo toman por la noche (¡al menos mi sobrino!).
  • He presentado a los personajes del príncipe y de la princesa con rasgos atractivos tanto para los chicos como para las chicas, pues, como hemos visto en el tema desarrollado, el hecho de que se puedan identificar con los personajes ayuda a mantener la atención. 
  • He tratado de introducir algunos elementos como preguntas, o descripciones que mantengan la atención del niño.
  • Hay algunas palabras repetidas y expresiones que pueden resultar un tanto coloquiales que si bien no son propias del lenguaje escrito, como está pensado para ser narrado, ayudan a dar énfasis y a mantener la atención del oyente. 
Espero que sirva para ser narrado con los alumnos, pero sobre todo para dar a conocer este cuento tan fantástico. Las imágenes las he cogido de la película Peau d'Âne, una versión francesa del cuento de Toda clase de pieles, que se hizo en los años '70 protagonizado por una joven y bella Catherine Denueve. 


2 comentarios:

  1. Bueno... como una de tus compañeras has sido capaz de mantener el tema del incesto apartando cualquier atisbo de morbo. Tienes tendencia a juzgar a los personajes en tu narración (deformación profesional, supongo) aunque eso, en un texto folclórico, es bastante habitual y has sabido mantener la frescura y la magia folclórica del relato. Un trabajo excelente, sobre todo tras la puntualización final de que se trata de un cuento para ser narrado y no para ser leído individualmente por ellos.
    Perfecto. Enhorabuena.

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  2. Gracias... Lo de la deformación profesional, está claro... Soy profesor de Religión y de Ética! Así que algo se me cuela. Un saludo.

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