Creaciones literarias en prosa verso y drama de un maestro en potencia
Me enfrento ahora a lo que voy a pedir a mis alumnos... El vértigo del "folio en blanco" en su versión más tecnológica me inunda por completo... Tengo que hacer una creación literaria en verso, otra en prosa y otra más dramatizada... El problema no son propiamente las creaciones literarias, sino el horroroso "TENGO QUE", en fin, echaré mano de apuntes, cogeré la técnica que más fácilmente llame a las musas (que con este frío yo creo que deben andar en Hawaii) y me pongo manos a la obra a ver qué me sale...
Creación en prosa
Voy a usar para llevarla a cabo la técnica de Rodari que en los apuntes del bloque se ha llamado "HIPÓTESIS ABSURDA".
"Parecía un día 5 de enero normal, bueno, muy normal no era... la verdad es que era tan gris y tan frío que me estaba dando la sensación de que los vecinos que veía por la ventana eran en realidad pingüinos buscando alimento... En fin, todavía me quedaban unos cuantos trabajos para terminar lo que tenía que entregar a la vuelta de las vacaciones de Navidad, así que volví al trabajo y me senté en el ordenador aporreando sus teclas con la fuerza y la seguridad de quien pasa muuuuuchas horas haciendo lo mismo.
Al principio no lo podía creer, fue al pulsar la tecla "X", se oyó un fuerte quejido: "¡Ay!"... Asustado me giré para ver si había entrado alguien en la habitación pero, nada de nada. "Será mi imaginación" pensé... y proseguí, pero cuando me disponía a aporrear el ordenador de nuevo, una voz aguda y con tono de máquina me sobresaltó... "¡Ya está bien majo! ¿es que no puedes parar un poquito?" ¡Era mi ordenador! Había empezado a hablar y estaba bastante enfadado...
- ¡A este paso se me van a fundir los circuitos! Desde luego es que eres como el Monzón, épocas de sequía absoluta y luego días y días lloviendo, pues tú igual... Me he pasado el trimestre tranquilo y aburrido cogiendo polvo y ahora llevas unos días que sin parar... Claro como te has dejado los trabajos para el final ahora resulta que quieres hacerlo todo a última hora... ¡Menudo ejemplo de estudiante es este profesor!
Todavía estaba alucinando en colores cuando de repente el ratón se rebeló contra mi mano y salió corriendo detrás de la impresora muy asustado y diciendo: ¡Si a ti te duelen las teclas de tanto machaque fíjate en mi botón izquierdo que está totalmente desgastado! No tiene piedad este hombre...
- Yo es que... -intenté justificarme- tenía muchas cosas que hacer... ya veréis como para el semestre próximo he aprendido y voy a ir haciendo las cosas poco a poco... En ese momento, de repente la impresora empezó a toser y a cada tos imprimía una hoja que ponía simplemente dos letras: "¡JA!"... Todas juntas se leían de una forma un poco sarcástica: ¡JAJAJAJAJAJA!...
Estaba recogiendo las hojas de la impresora cuando de repente la silla se empezó a mover hacia atrás diciendo a voz en grito: "¿Sabéis quién es la que tiene que aguantar tantas horas de sentada, de este peso enorme? ¡¡YO!!
El movimiento me hizo dar un escalofrío, igualito que esos que damos cuando pensamos que nos vamos a caer en un sueño... y eso hizo que... ¡me despertara! Era solamente un sueño... ¡Buff! Menos mal, suspiré profundamente lleno de alivio, miré el reloj y eran las 2 de la madrugada. Notaba en mi cara las teclas del ordenador que se me habían quedado grabadas igual que cuando se te queda la almohada o las sábanas... Eviendentemente el documento que estaba trabajando estaba totalmente cubierto con la letra "X", pues se ve que mi cabeza había reposado sobre ella durante el sueño...
Así que mientras apagaba el ordenador, miré al "pobre" ratón de botón izquierdo desgastado y no pude reprimir una pequeña sonrisa. Bajé la pantalla del portátil, me puse de pié mientras empujaba mi silla de trabajo. He de reconocer que no pude más que decir para mis adentros mientras acariciaba su borde superior: "Perdona por tanta sentada..." y me encaminaba hacia la cama cuando mis ojos se fijaron en el suelo, justo debajo de la impresora... Allí había había un montón de papeles que no recordaba haber puesto, me agaché a cogerlos y todos estaban... ¡escritos con las letras JA, JA, JA! ¿Fantasía o realidad? No esperé a averiguarlo, salí corriendo de allí con los papeles en la mano y oyendo toses y voces por todos lados... Un 5 de enero que nunca olvidaría".
Creación en verso
Voy a usar la técnica de Rodari que en los apuntes del bloque se ha llamado "LIMERICK", además la voy a hacer como las películas de Antena 3 por las tardes: "basada en un hecho real". Recuerdo que los pasos que propone Rodari para la creación de este tipo de versos son: ¿Quién? ¿Qué hacía? ¿Qué pasó? ¿Qué pasó? ¿A quien?.
A una profesora de literatura
enemiga de la rima por la rima,
le dieron de regalo una pegatina
que rimaba con asonante soltura
obra de un alumno respondón
A una profesora de literatura
enemiga de la rima por la rima,
le dieron de regalo una pegatina
que rimaba con asonante soltura
obra de un alumno respondón
Creación dramática
Voy a desarrollarla contando un cuento clásico de forma dramática con la técnica que en los apuntes del bloque se ha llamado "VARIAS PERSPECTIVAS". Tomaré el cuento de Caperucita Roja en la versión de los Hermanos Grimm.
NARRADOR: Érase una vez un feo lobo al que nadie quería en el mundo, que vivía totalmente solo en lo más profundo del bosque. A veces el costaba encontrar comida porque no era fácil encontrar nada por allí. Tenía un gran problema de amistades porque tarde o temprano o huían o como tenía tanta hambre se las comía.
LOBO: Hoy estoy especialmente hambriento. Tengo tanga hambre que me comería cualquier cosa. Ni si quiera puedo disfrutar de la belleza del bosque y eso que ahora que estamos en otoño se viste de los colores más bonitos y mi favorito que es el rojo. Tengo tanta hambre, que aunque sé que por aquí hay leñadores con hachas que me pueden hacer daño, voy a ver si encuentro algo por ahí. Tengo más hambre que miedo o vergüenza.
NARRADOR: El lobo se encaminó hacia el centro del bosque porque sabía que donde había humanos había comida, y de repente, se asustó un poco porque vio una niña toda vestida de rojo, su color favorito. Como era una persona educada, a pesar de que el hambre a veces le hacía perder la cabeza decidió saludar.
LOBO: Buenos días, Caperucita Roja.
CAPERUCITA: Buenos días, amable lobo.
LOBO: ¿Adonde vas tan temprano, Caperucita Roja?
CAPERUCITA: A casa de mi abuelita.
LOBO: (Relamiéndose) ¿Y qué llevas en esa canasta?
CAPERUCITA: Pastel y vino. Ayer fue día de hornear, así que mi pobre abuelita enferma va a tener algo bueno para fortalecerse
LOBO: ¿Y adónde vive tu abuelita, Caperucita Roja?
CAPERUCITA: Como a medio kilómetro más adentro en el bosque. Su casa está bajo tres grandes robles, al lado de unos avellanos. Seguramente ya los habrás visto,
LOBO: (en silencio a sí mismo, es decir, al público): ¡Qué criatura tan tierna! qué buen bocadito, con el hambre que tengo, no me queda más remedio que comérmela pero no va a ser bastante, así que debo actuar con delicadeza para obtener a ambas fácilmente. (A Caperucita) Te acompaño un rato para que no vayas sola.
CAPERUCITA: Muchas gracias buen Lobo.
LOBO: (Al público) Ahora tengo que entretenerla para preparar una trampa. Los cazadores humanos no son los únicos que saben hacer trampas. (A Caperucita) Mira Caperucita Roja, que lindas flores se ven por allá, ¿por qué no vas y recoges algunas? Y yo creo también que no te has dado cuenta de lo dulce que cantan los pajaritos. Es que vas tan apurada en el camino como si fueras para la escuela, mientras que todo el bosque está lleno de maravillas.
CAPERUCITA: ¡Qué razón tienes Lobo! (al público) Supongo que podría llevarle unas de estas flores frescas a mi abuelita y que le encantarán. Además, aún es muy temprano y no habrá problema si me atraso un poquito, siempre llegaré a buena hora.
NARRADOR: Y así, ella se salió del camino y se fue a cortar flores. Y cuando cortaba una, veía otra más bonita, y otra y otra, y sin darse cuenta se fue adentrando en el bosque. Mientras tanto el lobo aprovechó el tiempo y corrió directo a la casa de la abuelita y tocó a la puerta.
ABUELITA: ¿Quién es?
LOBO: (Cambiando la voz) Caperucita Roja. Traigo pastel y vino. Ábreme, por favor.
ABUELITA: Mueve la cerradura y abre tú, estoy muy débil y no me puedo levantar.
NARRADOR: El lobo movió la cerradura, abrió la puerta, y sin decir una palabra más, se fue directo a la cama de la abuelita y de un bocado se la tragó. Y enseguida se puso ropa de ella, se colocó un gorro, se metió en la cama y cerró las cortinas.
LOBO: Caperucita debe estar a punto de llegar. La verdad es que esta pobre mujer no me ha quitado el hambre de tantos días sin comer. Así que esperaré a Caperucita y cuando llegue me la comeré.
NARRADOR: Caperucita llegó a la casa y se sorprendió al encontrar la puerta abierta, fue al dormitorio y abrió las cortinas. Allí parecía estar la abuelita con su gorro cubriéndole toda la cara, y con una apariencia muy extraña.
LOBO: (Al público) Ahora tengo que hacer mi mejor actuación.
CAPERUCITA: ¡Oh, abuelita! qué orejas tan grandes que tienes.
LOBO: Es para oírte mejor, mi niña
CAPERUCITA: Pero abuelita, qué ojos tan grandes que tienes.
LOBO: Son para verte mejor, querida.
CAPERUCITA: Pero abuelita, qué brazos tan grandes que tienes.
LOBO: Para abrazarte mejor.
CAPERUCITA: Y qué boca tan grande que tienes
LOBO: ¡Para comerte mejor! (salta sobre Caperucita y se la come de un bocado) Ahora sí que estoy bien y a gusto. Pero con tanta comida que tragado casi no me puedo ni mover, lo mejor será que me eche una siesta antes de volver a mi guarida.
NARRADOR: Entonces el lobo decidió hacer una siesta y se volvió a tirar en la cama, y una vez dormido empezó a roncar fuertemente. Un cazador que por casualidad pasaba en ese momento por allí, escuchó los fuertes ronquidos.
CAZADOR: ¡Cómo ronca esa viejita! Voy a ver si necesita alguna ayuda. (Entra en el dormitorio y descubre que es el lobo) ¡Así que te encuentro aquí! ¡Hacía tiempo que te buscaba! Un momento, ¿no te habrás comido a la viejita? Aprovecharé para cortarte ya que estás tan dormido y ver qué hay dentro de tu vientre-
NARRADOR: Tomó unas tijeras y empezó a cortar el vientre del lobo durmiente. En cuanto había hecho dos cortes, vio brillar una gorrita roja, entonces hizo dos cortes más y la pequeña Caperucita Roja salió rapidísimo, gritando
CAPERUCITA: ¡Qué asustada que estuve, qué oscuro que está ahí dentro del lobo!,
ABUELITA: ¡Qué razón tienes nietita mía! Tenemos que hacer algo con este lobo.
CAPERUCITA: ¡Ya sé! Vamos a hacer que no se pueda mover, le llenaremos el estómago de piedras grandes.
LOBO: (Despertando) ¡Qué es esto, no puede ser! ¿Qué ha pasado, oh como me duele la tripa, me iré corriendo... Oh, no puedo, oh qué triste vida oh, muero...
NARRADOR: Las tres personas se sintieron felices. El cazador le quitó la piel al lobo y se la llevó a su casa. La abuelita comió el pastel y bebió el vino que le trajo Caperucita Roja y se reanimó. Del lobo hambriento solamente quedó como recuerdo su piel expuesta en la casa del cazador. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Creación de un libro con uno de los recursos
Para hacer este recurso, he optado por coger el cuento imaginario que he desarrollado con la técnica de Rodari. He creado mi libro con cartón, usando una letra de lectura sencilla. Luego lo he pegado, he hecho unos dibujos sencillos, a modo de fotografías y los he pegado también.
Por último he hecho unas fotos del libro, las he pegado en un documento de word, lo he transformado en un documento pdf, los he subido a ISSUU y este es el resultado: pinchar aquí
Con esto termino mi trabajo en esta asignatura. Ha sido un auténtico placer trabajarla y he aprendido mucho. Estoy muy satisfecho.
EL LOBO FEROZ, CUYO COLOR FAVORITO ERA EL ROJO
LOBO: Hoy estoy especialmente hambriento. Tengo tanga hambre que me comería cualquier cosa. Ni si quiera puedo disfrutar de la belleza del bosque y eso que ahora que estamos en otoño se viste de los colores más bonitos y mi favorito que es el rojo. Tengo tanta hambre, que aunque sé que por aquí hay leñadores con hachas que me pueden hacer daño, voy a ver si encuentro algo por ahí. Tengo más hambre que miedo o vergüenza.
NARRADOR: El lobo se encaminó hacia el centro del bosque porque sabía que donde había humanos había comida, y de repente, se asustó un poco porque vio una niña toda vestida de rojo, su color favorito. Como era una persona educada, a pesar de que el hambre a veces le hacía perder la cabeza decidió saludar.
LOBO: Buenos días, Caperucita Roja.
CAPERUCITA: Buenos días, amable lobo.
LOBO: ¿Adonde vas tan temprano, Caperucita Roja?
CAPERUCITA: A casa de mi abuelita.
LOBO: (Relamiéndose) ¿Y qué llevas en esa canasta?
CAPERUCITA: Pastel y vino. Ayer fue día de hornear, así que mi pobre abuelita enferma va a tener algo bueno para fortalecerse
LOBO: ¿Y adónde vive tu abuelita, Caperucita Roja?
CAPERUCITA: Como a medio kilómetro más adentro en el bosque. Su casa está bajo tres grandes robles, al lado de unos avellanos. Seguramente ya los habrás visto,
LOBO: (en silencio a sí mismo, es decir, al público): ¡Qué criatura tan tierna! qué buen bocadito, con el hambre que tengo, no me queda más remedio que comérmela pero no va a ser bastante, así que debo actuar con delicadeza para obtener a ambas fácilmente. (A Caperucita) Te acompaño un rato para que no vayas sola.
CAPERUCITA: Muchas gracias buen Lobo.
LOBO: (Al público) Ahora tengo que entretenerla para preparar una trampa. Los cazadores humanos no son los únicos que saben hacer trampas. (A Caperucita) Mira Caperucita Roja, que lindas flores se ven por allá, ¿por qué no vas y recoges algunas? Y yo creo también que no te has dado cuenta de lo dulce que cantan los pajaritos. Es que vas tan apurada en el camino como si fueras para la escuela, mientras que todo el bosque está lleno de maravillas.
CAPERUCITA: ¡Qué razón tienes Lobo! (al público) Supongo que podría llevarle unas de estas flores frescas a mi abuelita y que le encantarán. Además, aún es muy temprano y no habrá problema si me atraso un poquito, siempre llegaré a buena hora.
NARRADOR: Y así, ella se salió del camino y se fue a cortar flores. Y cuando cortaba una, veía otra más bonita, y otra y otra, y sin darse cuenta se fue adentrando en el bosque. Mientras tanto el lobo aprovechó el tiempo y corrió directo a la casa de la abuelita y tocó a la puerta.
ABUELITA: ¿Quién es?
LOBO: (Cambiando la voz) Caperucita Roja. Traigo pastel y vino. Ábreme, por favor.
ABUELITA: Mueve la cerradura y abre tú, estoy muy débil y no me puedo levantar.
NARRADOR: El lobo movió la cerradura, abrió la puerta, y sin decir una palabra más, se fue directo a la cama de la abuelita y de un bocado se la tragó. Y enseguida se puso ropa de ella, se colocó un gorro, se metió en la cama y cerró las cortinas.
LOBO: Caperucita debe estar a punto de llegar. La verdad es que esta pobre mujer no me ha quitado el hambre de tantos días sin comer. Así que esperaré a Caperucita y cuando llegue me la comeré.
NARRADOR: Caperucita llegó a la casa y se sorprendió al encontrar la puerta abierta, fue al dormitorio y abrió las cortinas. Allí parecía estar la abuelita con su gorro cubriéndole toda la cara, y con una apariencia muy extraña.
LOBO: (Al público) Ahora tengo que hacer mi mejor actuación.
CAPERUCITA: ¡Oh, abuelita! qué orejas tan grandes que tienes.
LOBO: Es para oírte mejor, mi niña
CAPERUCITA: Pero abuelita, qué ojos tan grandes que tienes.
LOBO: Son para verte mejor, querida.
CAPERUCITA: Pero abuelita, qué brazos tan grandes que tienes.
LOBO: Para abrazarte mejor.
CAPERUCITA: Y qué boca tan grande que tienes
LOBO: ¡Para comerte mejor! (salta sobre Caperucita y se la come de un bocado) Ahora sí que estoy bien y a gusto. Pero con tanta comida que tragado casi no me puedo ni mover, lo mejor será que me eche una siesta antes de volver a mi guarida.
NARRADOR: Entonces el lobo decidió hacer una siesta y se volvió a tirar en la cama, y una vez dormido empezó a roncar fuertemente. Un cazador que por casualidad pasaba en ese momento por allí, escuchó los fuertes ronquidos.
CAZADOR: ¡Cómo ronca esa viejita! Voy a ver si necesita alguna ayuda. (Entra en el dormitorio y descubre que es el lobo) ¡Así que te encuentro aquí! ¡Hacía tiempo que te buscaba! Un momento, ¿no te habrás comido a la viejita? Aprovecharé para cortarte ya que estás tan dormido y ver qué hay dentro de tu vientre-
NARRADOR: Tomó unas tijeras y empezó a cortar el vientre del lobo durmiente. En cuanto había hecho dos cortes, vio brillar una gorrita roja, entonces hizo dos cortes más y la pequeña Caperucita Roja salió rapidísimo, gritando
CAPERUCITA: ¡Qué asustada que estuve, qué oscuro que está ahí dentro del lobo!,
ABUELITA: ¡Qué razón tienes nietita mía! Tenemos que hacer algo con este lobo.
CAPERUCITA: ¡Ya sé! Vamos a hacer que no se pueda mover, le llenaremos el estómago de piedras grandes.
LOBO: (Despertando) ¡Qué es esto, no puede ser! ¿Qué ha pasado, oh como me duele la tripa, me iré corriendo... Oh, no puedo, oh qué triste vida oh, muero...
NARRADOR: Las tres personas se sintieron felices. El cazador le quitó la piel al lobo y se la llevó a su casa. La abuelita comió el pastel y bebió el vino que le trajo Caperucita Roja y se reanimó. Del lobo hambriento solamente quedó como recuerdo su piel expuesta en la casa del cazador. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Creación de un libro con uno de los recursos
Para hacer este recurso, he optado por coger el cuento imaginario que he desarrollado con la técnica de Rodari. He creado mi libro con cartón, usando una letra de lectura sencilla. Luego lo he pegado, he hecho unos dibujos sencillos, a modo de fotografías y los he pegado también.
Por último he hecho unas fotos del libro, las he pegado en un documento de word, lo he transformado en un documento pdf, los he subido a ISSUU y este es el resultado: pinchar aquí
Con esto termino mi trabajo en esta asignatura. Ha sido un auténtico placer trabajarla y he aprendido mucho. Estoy muy satisfecho.
Un gran trabajo, alumno respondón :)
ResponderEliminarPara que la entrada esté perfecta, debes incluir para qué edad puede servirte como ejemplo cada uno de los textos. Recuerda lo que comentamos en clase: el maestro debe ser capaz de dar ejemplos a los alumnos de lo que se les pide que creen... pero estos ejemplos deben ajustarse a una edad por el tema, el lenguaje, la psicología de los personajes, etc. En esta asignatura nunca dejamos de lado los momentos evolutivos tal y como se trataron en el bloque 1...