18 de agosto de 2018

Zamora no se ganó en una hora. Origen de un dicho histórico #Historia #SerProfeMola

Catedral de Zamora
¿Sabes de dónde viene el refrán "Zamora no se ganó en una hora"? Pues nada menos que implica a tres hermanos y al mismísimo Cid.






Para llegar a donde queremos ir, habría que irse un poco más atrás. Al reinado de Fernando I, que heredó de su padre Castilla, pero que derrotó y asesinó al rey de León, anexionando el reino a Castilla y proclamándose Emperador de Hispania, que por lo que se ve Carlos I no fue el único emperador que tuvimos (aunque a lo mejor fue un poco demás la cosa porque el título era más bien decorativo). 

Al morir Fernando I, según costumbre medieval, repartió el reino entre sus hijos. El Reino de Castilla para Sancho II, el reino de León y el título de emperador para Alfonso VI, Galicia (antes no era reino) para su hijo García, la ciudad de Zamora, para su hija Doña Urraca y la ciudad de Toro para su hija Elvira, ambas con títulos y buenas rentas. 

Sancho, no conforme con su herencia decidió ampliar su reino de Castilla, primero haciéndose con la parte de Galicia, después con la parte de Alfonso y por último intentando tomar Zamora acompañado del Cid y en lucha con su hermana Doña Urraca.

Iglesia de San Miguel - Zamora
Lo que parecía que iba a ser un paseo de "una hora", en el año 1072 se transformó en un asedio de 7 meses donde los zamoranos aguantaron como jabatos. Además la historia dio un giro radical porque cuenta la tradición que un supuesto desertor zamorano, un tal Vellido Dolfos se infiltró y mató a Sancho (parece ser que aprovechó cuando estaba haciendo aguas mayores), siendo capaz de volver a Zamora y burlar al Cid. Aunque todo lo relacionado con este crimen queda un poco oculto en la bruma del tiempo. 




Detalle del foso del Castillo de Zamora
Sin embargo, este hecho hizo que Alfonso VI, hermano de Sancho II recibiera en herencia todos los territorios de Sancho en adelante y ayudando al rey a agrandar el reino con sus tropas y "reconquistar" (más bien conquistar) Toledo, y gran parte del centro y sur peninsular.

El Cid sospechó de Alfonso y su implicación en la traición de Sancho y de ahí viene el episodio de la jura de Santa Gadea en la que la tradición y la leyenda cuentan que El Cid hizo jurar públicamente nada menos que a un rey que era inocente del asesinato de su hermano. Pero eso es otra historia.

El caso es que no solo no se ganó en una hora, sino que Zamora costó el reino a Sancho II por su ambición. Toda una lección para de vida.


Jesús M. Gallardo


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